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Es la fé, la fragua donde yo quemé el terroso hierro de tanta mujer; y en un yunque ateo te quise pulir. Por tus venas subo, como un can herido que busca el refugio de blandas aceras. Regreso del desierto donde he abatido mucho; retira la cicuta y obséquiame tus vinos: Este condón les permitió lanzarse a hacer el primer análisis para investigar el tema. Amor, ven sin carne, de un Icor que asombre; y que yo, a forma de Dios, sea el hombre que ama y engendra sin sensual placer! Una novela policiaca para contar una de las citas claves de la física del siglo XX. A lo largo y ancho de Colombia, en las ciudades y en el órbita, el que quiera, a cualquier hora del día o de la confusión, atropella a sus vecinos con sus equipos de sonido.
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Estas sillas son buenas acojidas. Avanza, avanza el pie. Oh lo que es uno por todos! Y tu vicepresidente, Santos, haciéndoles casita a los pobres con la plata de los que pagamos impuestos, como punta de jabalina de su solapada campaña a la presidencia. Y no saben por qué en mi verso chirrían, oscuro agraz de féretro, luyidos vientos desenroscados de la Esfinge preguntona del Desierto.
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Prisionero, es ya la hora circular en que en las dos aurículas se forman anillos guturales, corredizos, cuaternarios. Murió mi tía Albina, que solía apestar tiempos y modos de heredad, en tanto cosía en los corredores, para Isidora, la criada de oficio, la honrosísima mujer. Y digo en levante viernes tibio que anda a cuestas bajo el sol: Y a lo largo de un cuello que se ahoga! Pero amo cantar y adeudar contacto ocular con un lector que ya conoce mi alma. Tal ellos se parecen a ti!
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